El enfoque combina diferentes estrategias basadas en el conocimiento profundo de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, así como los requerimientos del cultivo.
De acuerdo con el manual de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia) llamado “Crecimiento verde y agricultura climáticamente inteligente en el cultivo de la caña de azúcar para la elaboración de panela”, en el caso de la caña de azúcar, la fertilización integrada se convierte en una práctica indispensable para asegurar altos rendimiento y la sostenibilidad del sistema productivo.
La caña de azúcar es un cultivo que demanda cantidades significativas de nutrientes del suelo durante su ciclo productivo. Los principales elementos absorbidos son nitrógeno, potasio, calcio, fósforo y magnesio, con picos de absorción que varían a lo largo del ciclo: a los 335 días después del corte para el nitrógeno, calcio y magnesio, y a los 392 días después del corte para el potasio y el fósforo.
Antes de establecer un plan de fertilización, es importante realizar un análisis de suelo que permita conocer sus características y deficiencias, así como identificar los requerimientos específicos del cultivo.
Plan de fertilización para la caña de azúcar
Este plan de fertilización debe incluir una combinación de fuentes que optimicen la disponibilidad de nutrientes, mejoran la salud del suelo y promueven la biodiversidad microbiológica. Además, plan debe tener en cuenta la aplicación de fuente químicas, orgánicas compostadas y biofertilizantes, tales como: Hongos formadores de micorrizas arbusculares: Según Agrosavia, estos microorganismos del suelo forman una simbiosis con las raíces de las plantas, facilitando la absorción de nutrientes como fósforo y mejorando la exploración radicular.
Bacterias fijadoras de nitrógeno: Incorporan el nitrógeno atmosférico al suelo, especialmente en asociación con leguminosas. Este proceso reduce la dependencia de fertilizantes nitrogenados químicos.
Solubilizadoras de fosfatos: La corporación menciona que microorganismos que convierten fosfatos insolubles en formas asimilables por las plantas, optimizando el uso de fósforo disponible en el suelo.
Adicionalmente, especies como rhizobium sp., pseudomonas sp, y azospirillum sp, promueven el crecimiento radicular, aumenta la productividad del cultivo y fortalecen la actividad enzimática del suelo.
Estas funciones tienen una implicación directa en la conservación de los suelos porque promueven la diversificación de los microorganismos encargados de mantener el componente biológico y brindar al cultivo mayor exploración de las raíces en el perfil del suelo e incremento en la absorción de agua y nutrientes.
Con información de Contexto Ganadero de Colombia.
26/11/2024